Al mal tiempo, buenas cumbias, y Mario Galeano ha sabido llevar este dicho pandémico no oficial a la realidad. Con ‘Cera Perdida’, de alrededor de 32 minutos, nos da una excelente razón para sacar nuestros zapatos más cómodos y desempolvar esos pasos de baile cumbiancheros para pulir el piso.
Los sencillos utilizados como introducción al material recién lanzado fueron ‘La Era del GigaHertz’, ‘Porrovía’ y ‘El Método de la Cera Perdida’, las cuales tienen el sonido característico de los bogotanos; ritmos cíclicos con instrumentos de viento tocando notas pegajosas y magistrales actuaciones rítmicas, además de sutiles sonidos electrónicos de los sintetizadores.
Con “Jaley Jaley” nos demuestran que los sonidos más movidos los ejecutan a la perfección, fusionándola con una percusión dando un ritmo más rocanrolero e incluso incluyendo voces en la pista, pero siempre manteniendo el sonido guapachoso del güiro, y la sabrosura de la cumbia con el saxofón. Caso contrario con la “Cumbia del Asilo”, aquí el ritmo es más lento y se asemeja más a una cumbia colombiana rebajada, pero no tan lenta.
Casi llegando al final, podemos escuchar “Soldaditos”, donde podemos escuchar una genial mezcla de cumbia con sonidos más enfocados a lo electrónico y una percusión que podría parecer un tanto arrítmica, pero que le da un tonito muy peculiar y agradable a la canción.
Con “Llegamos los Montañeros” el álbum llega a su fin, y qué buen fin. Sin tantos sonidos extranjeros a la cumbia, la canción empieza con una percusión en redobles y un acordeón que provoca un sentimiento de melancolía, y como déjà vu, recuerdos del rebelde del acordeón que en años anteriores perdió la vida. El acordeón viene acompañado de una gaita que está tan presente que es inevitable no levantarse a mover el esqueleto con su sonido. Ésta es la única que tiene una colaboración, y es la carta de despedida que el álbum necesitaba.
Este año, Frente Cumbiero le puso la cereza al pastel de su año musical, lanzando este álbum tan sabrosón y cumbiero meses después de su EP, Minyo Cumbiero, que fusiona canciones tradicionales japonesas con la cumbia. Desde la joya de portada hasta el último segundo de la última, definitivamente es un material que vale la pena admirar y disfrutar en un año tan caótico como el que hemos vivido.
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